Gackt Camui, conocido popularmente como GACKT, nació el 4 de julio de 1973 en Okinawa, Japón. Su verdadero nombre es algo que ha mantenido en el misterio, como muchos otros aspectos de su vida. Desde muy joven, mostró un talento innato para la música, incursionando en una variedad de instrumentos.
El entorno familiar de Gackt fue fundamental en su formación musical. Su padre era un trompetista de jazz, y su madre una pianista. Estos antecedentes no solo le proporcionaron las herramientas necesarias, sino que también le brindaron una perspectiva amplia sobre diferentes géneros musicales.
En 1995, Gackt se unió a la banda indie Malice Mizer, la cual experimentaba con estilos pop y electrónicos junto con una estética visual kei marcadamente gótica e influencias del teatro kabuki. Aquí, Gackt desempeñó el rol de vocalista hasta 1999, ganando notoriedad y un seguidor base que le seguiría de por vida.
El verdadero resurgimiento de Gackt ocurrió en 1999 cuando comenzó su carrera en solitario. En el año 2000 lanzó su primer álbum en solitario, Mars, que incluía éxitos como "Vanilla" y "Mirror". Su particular estilo y voz se hicieron eco en Japón, convirtiéndolo en un icono casi de inmediato.
A lo largo de los siguientes años, Gackt lanzó una serie de álbumes exitosos, entre ellos:
Cada álbum mostró una evolución constante, tanto en términos musicales como líricos. Sus conciertos eran
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Uncontrol
Sal, tiembla
Baila en éxtasis
Sueños infantiles de color amarillo,
distintos recuerdos acomodándose juntos.
Un alias que se sacude y se desvanece
reflejado en aquel día, yo río en voz baja.
Te ahorcaste y cerraste tus queridos ojos
sin hablar un poco si quiera, te mantienes fría.
No puedo volver a estar envuelto en paz,
incluso si me pudro así, no lo dejaré ir
Brillando al final del mundo,
como sus locas enseñanzas decían.
Tú eres tan fugaz o más que nadie,
¿A dónde vas cuando acabas de dejarme atrás?
Un sueño efímero está bien... haces que pregunte mi voz
Desvanecerse de este modo es imperdonable
No importa cuanto grite
No importa cuanto pregunte
No importa cuanto evada
No importa cuanto te abrace
No importa cuanto deseé
No importa cuanto hiera
Mientras mirabas hacia el cielo
Sólo un silencioso sueño
Sólo un tierno sueño