De vos y mí
Hay que explicar con palabras, pides.
Y un remolino nos llevó a la orilla donde dejé nuestro hogar.
Hay un pulso que te espera, donde no estoy yo. No sé dónde estoy yo.
Queda en mí sinceridad a la espera de un pulso claro, más claro.
¿qué rostro es sincero? ¿cuándo el alma estanca?
¿un roce sin vuelo, o una eternidad gastada?
¡Maldito señuelo!
Cambió tu piel y escamas.
Manso camina…
Canoa de vos y mí
que siempre traía consigo lo que te di.
Rompe en el suelo la estrella de vos y mí
Y en la polvareda pierde su luz.
¡Maldito señuelo!
No olvides mi amor… cambió tu piel y mis escamas.