Las olas que alumbran
Llegan salvajes las olas
para sanear nuestras playas.
Llegan las tropas
para cuidar de su propio vergel.
Van a callar los silencios
de las pesadas amnesias.
Colman las calles
con la sospecha de que algo anda mal.
Crujen, secos, los dogmas
cuando aparecés.
Ahí van llegando a la plaza,
al ritmo de sus banderas,
huestes que van a bancar
la parada en el clima más cruel.
Se han enquistado. en sus lenguas,
coplas que son refucilos.
Graban, con gracia,
lemas herejes en un paredón.
Crujen, secos, los dogmas
cuando aparecés.
Como el viento del sur, que se aleja del mar
es un héroe aquel que se atreve a soñar.
Se revientan las sacras verdades de ayer.
Crujen, secos, los dogmas cuando aparecés.
Flota la aurora allá en lo alto.
Pocos se atreven a mirarla.
Soy la humedad del empedrado
que ves desde alguna ventana.