Basta
¡Basta!
Yo soy el que no pregunta
y se cansó de pedir permiso para vivir
o llorar, o sentir, o patear al puto mundo de una vez.
Yo soy el que no pregunta,
el que no teme equivocarse.
Harto de ser, de sufrir,
es tiempo de tirar las fichas al tablero y ganar.