Luis Eduardo Aute Gutiérrez nació el 13 de septiembre de 1943 en Manila, Filipinas, en el seno de una familia acomodada. Sus padres, españoles, se establecieron en Manila por razones laborales. De niño, Aute mostró un temprano interés por el arte y la música, habilidades que fueron alentadas por su entorno familiar. En 1954, la familia regresó a España, lo cual marcó un cambio significativo en su vida.
Aute comenzó su carrera artística a una edad temprana, mostrando talento tanto para la pintura como para la música. En los años 60, mientras estudiaba arquitectura en la Universidad de Madrid, decidió dedicarse más intensamente al arte, destacándose como pintor y posteriormente iniciando su prolífica carrera musical.
En 1967, Aute lanzó su primer álbum, "Diálogos de Rodrigo y Gimena", que marcó el inicio de una carrera que se prolongaría por más de cinco décadas. Con una melodiosa combinación de poesía y música, Aute se convirtió rápidamente en una figura influyente en la canción de autor.
Durante los años 70 y 80, Luis Eduardo Aute construyó una rica discografía que incluye álbumes tan memorables como "Rito" (1973), "Espuma" (1974) y "Alma" (1980). Canciones como "De paso", "Al alba" y "Dentro" se convirtieron en himnos generacionales, abordando temas de amor, existencia y crítica social.
Además de su éxito en España, Aute alcanzó
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Aire, aire.
no una brisa sino un torbellino de aire,
aire, aire ...
que se llevo a los monstruos
que se han hecho dueños
de todos los sueños
que fueron razón.
Aire, aire,
Tantos buzos alados surcando el aire,
aire, aire
que no hay dios que circule
con vuelo insumiso
por el paraíso
del camaleón.
Aire, aire, aire, aire...
necesito respirar,
que me niego a comprender, amor,
que ya nunca pueda ser, amor,
verdad la verdad...
pero qué verdad, pero qué verdad
amor...
Aire, aire,
no hay perfume que valga si falta el aire,
aire, aire
de qué sirve que huela a jardines el viento
si falta el aliento
que atrapa la flor...
Aire, aire,
aire de vendaval que revuelva el aire,
aire, aire
aire airado que arrastre
esta larga locura
que escupe basura
cuando habla de honor.
Aire, aire, aire, aire...
Aire, aire,
no una brisa sino un torbellino de aire,
aire, aire
que se lleve a los monstruos
que se han hecho dueños
de todos los sueños
que fueron razón.