Qué lástima me da
Te brindé lo que tenía, corazón,
ni más ni menos.
Exhibí todas mis cartas, corazón,
a fuego abierto.
Y aposté lo que tenía sin más ni más,
aunque sabía,
que una carta tú escondías por detrás,
y di mi vida.
Y caí entero en tu trampa,
y aguanté la puñalada.
Y confieso una vez más,
ya lo esperaba.
¡Qué lástima me da!,
tú no has cambiado nada.
¡Qué pena verte así!,
mentirosa e inhumana.
¡Qué pena a mí me da!,
verte tan desdichada.
Engañándote sola, corazón,
engañándote sola, corazón,
sola y abandonada.
De seguir así, jamás vas a caer
en buenos brazos.
Vivirás en un infierno, corazón,
hecha a pedazos.
Porque tú juegas con fuego,
y aunque de amor por ti muero,
ya no apuesto más por ti,
dalo por hecho.
¡Qué lástima me da!,
tú no has cambiado nada.
¡Qué pena verte así!,
mentirosa e inhumana.
¡Qué pena a mí me da!,
verte tan desdichada.
Engañándote sola, corazón,
engañándote sola, corazón,
sola y abandonada.