Angelitos de la guarda
Parecen angelitos de la guarda,
libres de toda perturbación.
Son de la vela perpetua
del sagrado corazón.
Se pegan en el pecho los domingos,
limpios de toda preocupación.
Dan de limosna un billete
de gran denominación.
Hay unos que hay que joderse,
a Dios rogando y con el mazo dando,
comen santos y caigan diablos
predicando en palabras y matando engaños.
Caminan de la mano de otra gente,
contrabandeando un ilícito amor.
En casa no falta nada,
ni por equivocación.
Que vengan esos sábados de fiesta,
vivan los amigos, no hay nada mejor.
Y con un poco de suerte
dormirá en casa el Señor.
Hay unos que hay que joderse,
a Dios rogando y con el mazo dando,
comen santos y caigan diablos
predicando en palabras y matando engaños.
Y para expiar sus culpas y aliviarlas
escuchan atentos del padre el sermón.
Son tan buenos en la iglesia,
y afuera sálvalos, Señor.
Y como que no quieren entresemana,
le hincan el vientre al quien se deje mejor.
Ya llegara el domingo
para pedir perdón.
Hay unos que hay que joderse,
a Dios rogando y con el mazo dando,
comen santos y caigan diablos
prometen con palabras y cumplen con engaños.