Manuel García Escobar, conocido artísticamente como Manolo Escobar, nació el 19 de octubre de 1931 en El Ejido, Almería, España. Fue el quinto de una familia numerosa de diez hermanos, lo que influyó profundamente en su vida y carrera. Desde muy joven, mostró una inclinación natural hacia la música y el entretenimiento.
Durante su adolescencia, Manolo y algunos de sus hermanos comenzaron a tocar en fiestas locales y pequeños eventos. Formaron una agrupación musical conocida como Los Niños de Antonio García, en honor a su padre. Este fue el comienzo de su prolífica carrera en el mundo de la música.
En la década de 1950, Manolo y sus hermanos se trasladaron a Barcelona en busca de mejores oportunidades. Fue en esta ciudad donde Manolo comenzó a hacerse un nombre en el círculo musical, interpretando principalmente canciones folclóricas y flamenco.
El verdadero punto de inflexión en su carrera llegó en 1961, cuando lanzó su primer gran éxito, El Porompompero. La canción se hizo increíblemente popular y consolidó a Manolo Escobar como una de las figuras más prominentes del panorama musical español. Este éxito le abrió las puertas a una serie de contratos discográficos y apariciones en televisión.
A lo largo de la década de los 60 y 70, Manolo Escobar lanzó numerosos éxitos que aún resuenan en la memoria colectiva de los españoles. Canciones como Mi carro, La minifalda, y Viva el vino y las mujeres se convirtieron en himnos populares, y
Ver BiograFia Completa
Cinta negra, pelo negro
como el de aquella morena
que con achares y celos
dejó sin sangre mis venas.
En sus alas hay temblores
de mocitas sin fortuna
que lloran penas de amores.
Que lloran penas de amores
bajo la luz de la luna.
Ay, ay
bajo la luz de la luna.
Estribillo:
Sombrero, ay, mi sombrero:
Eres de gracia un tesoro.
Y tienes rumbo torero
cuando te llevo a los toros.
Te quiero porque tus alas,
sombrero de mi querer,
conservan, bordao con gracia,
el beso de una mujer.
Tienes planta de maceta
y hay en tí tal señorío
que eres rey de las carretas
de la Virgen del Rocío.
En tus alas primorosas
aún revuelan los lamentos
de promesas amorosas.
De promesas amorosas
que luego se lleva el viento.
Ay, ay
que luego se lleva el viento.
Estribillo: