Aunque sus ecos resuenan con fuerza en cada rincón de Andalucía, el origen de Los Marismeños está imbuido en la sencillez de las marismas del Guadalquivir. Este grupo, con profundas raíces en la cultura del flamenco, nació en Almonte (Huelva) hacia finales de los años 60. Fue un barrio humilde el que vio crecer a estos jóvenes que, imbuidos en las tradiciones más ancestrales de su tierra, se encaminaron con decisión hacia el albor de la música.
Los inicios de Los Marismeños se encuentran en una banda local llamada "El Txikiband". Con el propósito de dar un toque moderno y fresco al flamenco, los integrantes decidieron unirse bajo el nombre definitivo de Los Marismeños en 1969. El grupo original estaba conformado por Joaquín Gómez, Paco Gutiérrez, José Garrido, y Pedro Garrido.
El año 1970 fue un hito crucial para Los Marismeños, con el lanzamiento de su primer álbum titulado “Un canto a la vida y a la ría”. Este trabajo rápidamente captó la atención no solo del público andaluz, sino también de todo el ámbito nacional. Con temas cargados de sentimiento y autenticidad, lograron que el flamenco se posicionara con fuerza en la escena musical de la época.
A lo largo de las décadas siguientes, Los Marismeños se mantuvieron activos y prolíficos, forjando una discografía
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De un tiempo perdido, a esta parte esta noche ha venido
un recuerdo encontrado para quedarse conmigo.
De un tiempo lejano, a esta parte ha venido esta noche
otro recuerdo prohibido, olvidado en el olvido.
Sentimentalmente para remediarlo,
voy a quedarme contigo para siempre.
Pero puede que te encuentre últimamente,
entre tanto me confundo con la gente.
Sentimentalmente nuestro por ahora
es el nido que el olvido ha destruido;
y si el viento me devuelve a tus orillas,
serenamente, será dormido...
Serenamente, será dormido.
De un tiempo lejano a esta parte ha venido perdido,
sin tocarme la puerta, recuerdo entrometido.
De un tiempo olvidado ha venido un recuerdo mojado
de una tarde de lluvia, de tu pelo enredado.
Como siempre que se cambian los papeles
voy a quedarme dormido en tu cintura.
Y si me despierta el día presumido,
déjame quedarme un poco en las alturas.
Para qué contar el tiempo que nos queda,
para qué contar el tiempo que se ha ido,
si vivir es un regalo y un presente
mitad despierto, mitad dormido,
mitad abierto, mitad dormido.
Sólo sé que no sé nada de tu vida,
sólo me colgué una vez en el pasado.
Presenté mis credenciales a tu risa,
y me clavaste una lanza en el costado.
Creo que no te dejé jugar con fuego,
sólo nos dijimos cosas al oído.
Y si un día te encontrare una mañana,
será posible, será dormido, será posible, será dormido...
Y si un día te encontrare una mañana,
será posible, será dormido, será posible, será dormido.
¿Quién rezará, quién ganará este estúpido duelo?
Maldita apuesta de amor, que uno de los dos perdió.
Cuando faltas me muero...