Los Cadetes de Linares nacieron en la pequeña ciudad de Linares, Nuevo León, México. Corría la década de los 60, cuando dos talentosos músicos, Homero Guerrero y Lupe Tijerina, se unieron para formar una de las agrupaciones más icónicas del género norteño. Su sello distintivo siempre ha sido la combinación de guitarra, acordeón y bajo sexto, que juntos crean un sonido contundente y profundo.
Apenas iniciada su carrera, los Cadetes de Linares comenzaron a ganar popularidad local con sus primeras grabaciones. Uno de sus primeros éxitos fue “Los Dos Amigos”, una canción que narraba historias de la vida cotidiana y costumbres de su tierra natal. El reflejo de la cultura norteña en sus letras y el carisma de sus intérpretes pronto los catapultaron a un estatus icónico en el norte del país.
El grupo se consolidó gracias a su enérgica combinación de instrumentos y voces adoloridas que eran capaces de hacer vibrar hasta el corazón más duro. Las cantinas, fiestas patronales y rodeos se convirtieron en los escenarios perfectos para sus presentaciones. Su música se caracterizaba por contar historias de amor, desamor, corridos y anécdotas de la vida real, logrando conectar profundamente con sus seguidores.
A medida que los Cadetes de Linares ganaban popularidad, su influencia se extendió más allá de las fronteras de México, llegando a Estados Unidos y otros países de habla hispana. Temas como “El Palomito” y “Las Tres Tumbas” se convirtieron en auténticos himnos
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La banda del carro rojo
Dicen que venian del sur
en un carro colorado
traian cien kilos de coca
iban con rumbo a Chicago
asi lo dijo el soplon
que los habia denunciado.
Ya habian pasado la aduana
la que esta por el paso
pero en las cruces los rinchers
lo estaban esperando
eran los rangers de texas
que comandan el condado.
Una sirena lloraba
y el sargento les gritaba
que detuvieran el carro
para que lo registraran
y que no se resistieran
porque si no los mataban.
Surgio una M-16
cuando iba rompiendo el aire
el faro de una patrulla
se vio volar por los aires
asi empezo aquel combate
donde fue la gran masacre.
Decia Lino Quintana
esto tenia que pasar
mis compañeros han muerto
ya no podran declarar
y yo lo siento sheriffes
porque yo no se cantar.
De los siete que murieron
solo las cruces quedaron
cuatro eran del carro rojo
los otros tres del gobierno
por ellos no se preocupen
iran con Lino al infierno.
Dicen que eran del Cantil
otros que eran del Altar
hasta por ahi dicen muchos
que procedian de Parral
la verdad nunca se supo
nadie los fue a reclamar.