Los Cadetes de Linares nacieron en la pequeña ciudad de Linares, Nuevo León, México. Corría la década de los 60, cuando dos talentosos músicos, Homero Guerrero y Lupe Tijerina, se unieron para formar una de las agrupaciones más icónicas del género norteño. Su sello distintivo siempre ha sido la combinación de guitarra, acordeón y bajo sexto, que juntos crean un sonido contundente y profundo.
Apenas iniciada su carrera, los Cadetes de Linares comenzaron a ganar popularidad local con sus primeras grabaciones. Uno de sus primeros éxitos fue “Los Dos Amigos”, una canción que narraba historias de la vida cotidiana y costumbres de su tierra natal. El reflejo de la cultura norteña en sus letras y el carisma de sus intérpretes pronto los catapultaron a un estatus icónico en el norte del país.
El grupo se consolidó gracias a su enérgica combinación de instrumentos y voces adoloridas que eran capaces de hacer vibrar hasta el corazón más duro. Las cantinas, fiestas patronales y rodeos se convirtieron en los escenarios perfectos para sus presentaciones. Su música se caracterizaba por contar historias de amor, desamor, corridos y anécdotas de la vida real, logrando conectar profundamente con sus seguidores.
A medida que los Cadetes de Linares ganaban popularidad, su influencia se extendió más allá de las fronteras de México, llegando a Estados Unidos y otros países de habla hispana. Temas como “El Palomito” y “Las Tres Tumbas” se convirtieron en auténticos himnos
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Nave 727
Se fugo “El Águila Real”, como lo había prometido,
Ninguna ley de la tierra, jamás lo vera cautivo,
Sus destinos eran los cielos, lo firma Armando Carrillo
Logro el control de los aires, porque de veras podía,
Piloteando sus turbinas, de la muerte se reía,
El hombre gozo a lo grande, mientras le duro la vida
Chequen sus cuentas señores,
Los que acuñan las monedas,
25 mil millones, no se ven todos los días
Si Carrillo lo logro, es porque lo merecía
Lo siento mucho primitos, no podrán extraditarme,
Voy para “El Guamuchilito”, me esta esperando mi padre,
Ya pueden dormir tranquilos, los que deseaban mi sangre
“El Diamante” y “El Cerebro”, con el valor forman trío,
Tal vez por eso Carrillo, era garbanzo de a kilo,
Amigo de mil quilates, adoración de sus hijos
Nave 727, agusto volé contigo,
Se me esta prendiendo el foco,
De echar un viaje al olvido,
Y dejarles la tarea,
A ver cuando dan conmigo