En el Puerto Rico de los años 60, un nuevo sonido empezaba a gestarse, proyectando al Caribe con una cadencia propia. Nace en 1962, conocido como "La Universidad de la Salsa", El Gran Combo de Puerto Rico. La iniciativa surge tras la disolución de la agrupación Cortijo y su Combo, liderada por Rafael Cortijo. Félix “Kako” Bastos y Rafael Ithier toman las riendas, junto con otros miembros como Eddie “La Bala” Pérez.
El primer gran éxito del grupo llegó rápidamente, con temas llenos de ritmo y sabor que sedujeron al público. En 1963, "Menéame los mangos" y "El saoco" se convirtieron en melodías emblemáticas que capturaron la esencia bailadora del grupo. Estas canciones, además de su peculiar sabor musical, contaban con letras pegajosas que rápidamente se hicieron populares en las pistas de baile.
La década de los 70 fue determinante para El Gran Combo. El álbum "Acángana" y temas como el homónimo "Acángana", "A mi me gusta mi pueblo" y "Julia", reforzaron su posición en la industria musical. La habilidad del grupo para fusionar ritmos tradicionales con letras contemporáneas les permitió llegar a audiencias más jóvenes, sin perder a los seguidores de antaño.
El Gran Combo no solo encantó a los puertorriqueños, sino que rápidamente sus canciones llegaron a otros países de América Latina y
Ver BiograFia Completa
Jamás he podido respetar esas extrañas leyes.
Jamás lo podré disimular,
luna vuela y hazme a mi volar.
Estás tan lejos de mí que a veces pienso que nunca te encontré.
Un mundo extraño, dormido, a punto siempre de estallar.
Digo que volveré, primero debo aprender a caminar.
Sin ti sobreviviré, muy lejos tu nombre me acompañará.
Mi patria en mis zapatos, mis manos son mi ejército;
nace luna fría, nace y hazme olvidar.
Mírame, soy provisional;
tú también y nadie te comprenderá.
Quédate un minuto más;
luna azul descansa y hazme descansar.
Correré y gritaré si realmente queda algo que gritar
Lucharé y conquistaré si en verdad queda algo por conquistar.
Hablar donde las palabras mueren; mis ojos llegan más allá;
soñar, trabajo de dioses; luna vuela y hazme a mí volar.
Extrañas leyes en un mundo extraño.
Como a una niña de verdad te encontré llorando