Alberto
Si supieras, Alberto,
cuánto de aquel camino he caminado.
Si estuvieras conmigo,
no habría mejor testigo
para mirar el sueño realizado.
Te invitaría conmigo
para cantar como antes a tu lado.
Escribiríamos juntos
una cancion de aquellos
nuestros primeros años.
Alberto, Alberto,
qué pena que así te hayas marchado,
sin tan siquiera, Alberto, haber probado
lo que se siente, Alberto, haber cantado.
Alberto, Alberto,
si tú supieras lo que yo te extraño.
Qué pena que no estés hoy que el aplauso
me llena el corazón como anhelabamos.
Si supieras, Alberto,
qué tiene todo el mundo,
aquel ancho,
que alguna vez, Alberto, imaginábamos,
cuando eramos los dos unos muchachos.
Si estuvieras presente,
te haría realidad lo que juramos.
El que llegue primero, Alberto,
sin dudarlo
al otro le dará fuerte la mano.
Alberto, Alberto,
y qué pena que no estés aquí presente,
qué pena que de un tajo así la muerte
tu canto y tu amistad me haya robado.
Alberto, Alberto,
y si tú supieras lo que yo te extraño.
Qué pena que no estés hoy que el aplauso
me llena el corazón como anhelábamos.
En fin, en fin, hermano Alberto,
hasta allá, donde tú estás,
aquí te escribo esta canción,
que acaso es un motivo,
fruto de tu amistad,
querido amigo.