Pan de cada día
No quiero ser una flor,
que pongas en el florero.
Que te parezca mejor,
no quiero ser un objeto,
que muevas de tal manera
para hacer decoración.
Yo no soy cristal cortado,
que sirva en cada ocasión.
Soy sentimiento, y por eso
tómame o déjame como soy.
Y no me riñas, mujer,
no hagas pan de cada día,
entre una y otra rencilla,
arma que mate el amor.
Y no me riñas, mujer,
no hagas pan de cada día,
entre una y otra rencilla,
arma que mate el amor.
El fuego más grande, amor,
se apaga, si falta un leño,
y deja de haber calor.
Si estás aquí, yo no quiero,
que nos invada el silencio
para decirnos adiós.
No soy quien se amansa, amor,
ni navego en contra tuya.
Soy quien te da una por una,
si tú quieres, ¿sabes?
las notas de mi canción.
Y no me riñas, mujer,
no hagas pan de cada día,
entre una y otra rencilla,
arma que mate el amor.
Y no me riñas, mujer,
no hagas pan de cada día,
entre una y otra rencilla,
arma que mate el amor.
Y no me riñas mujer,
no hagas pan de cada día,
entre una y otra rencilla,
arma que mate mi amor.