Quisiste
Quisiste ver el fondo de mi alma,
y te quedaste en mí.
Quisiste ver la luz que había en mis ojos,
y te perdiste ahí.
Quisiste ver un poco en lo profundo,
y no quieres salir.
Quedaste en madrugadas, prisionera,
a ti, que no había quien te mantuviera.
Atada te has quedado entre mis brazos
por amor, al fin.
Y ya ves,
a ti, que nada ya te convencía,
a ti, que ya el amor no te decía,
si acaso, unas palabras al azar.
Tienes quien
procure darte un beso a tu regreso,
y en un tibio rincón junto a tu lecho
la firme realidad de ser feliz.
Sabes bien,
que tienes en tus manos esta vida.
¿Qué quieres ser de ti, amada mía,
para que puedas siempre sonreír?
Vamos, pues,
a darnos todo lo que más tenemos,
con la seguridad de que andaremos,
tú por mí y yo por ti hasta nuestro fin.