Tu alma herida
Un lamento surgió
del suspiro que así,
quebró el aire silente
del lugar.
Congoja a flor de piel
y tu alma de mujer
se vio desnuda y tibia
sollozar.
Advertí tu pesar;
tu tormento sin más.
Impotente testigo
de aflicción.
Como espejo sentí
tu dolor, mi dolor
un manojo de penas
del ayer.
Yo te quiero ofrecer
la esperanza y la fe
como magia de luz
abrazando tu ser.
Tus ojos color miel
dejaron escapar
una lágrima triste
sin hablar.
Desconsuelo sentí
al mirarte llorar
sin encontrar la forma
de aliviar.
Una herida sutil
lacerándote a ti
día tras día en la vida
sin piedad.
La angustia de tu ser
en mi alma se incrustó
y sentí en tu mirada
al corazón.
Yo te quiero abrazar
sin que medie razón
Como chispa de luz
que avive tu ilusión.