Un tanguito
Suena y suena el bandoneón
al ritmo del corazón.
Vibra, voz del arrabal,
que hace del tango su dios.
Late el fueye en el compás.
Su alma torna en realidad.
La milonga es su lugar.
Dos por cuatro y tanto más.
Te busca y te enamora,
te sigue a toda hora.
Está en vos.
Y es casi una obsesión
lo que te inspira el bandoneón,
a fuego lento de pasión.
El alma de Piazzolla,
el corazón de Arolas...
latiendo.
Y es pura inspiración
en tu regazo el bandoneón,
sabor a tango y seducción.
Canta y llora el bandoneón,
alegría o desazón.
Tango y barrio en el plural
de presencias o de adiós.
Su sonido singular
trama en tango sin dudar.
Dos por cuatro es su verdad;
sombra y luz para bailar.
Te busca y te enamora,
te sigue a toda hora.
Está en vos.
Y es casi una obsesión
lo que te inspira el bandoneón,
a fuego lento de pasión.
Las manos de Pichuco,
la muñeca de Juárez…
Pulsando.
Y el fueye en su compás
con sus suspiros de canción…
el respirar del bandoneón.