Cuando el pichón crece
“Cuando el pichón crece...
- decía mi vieja -
...se le achica el nido”
y así era...
...ahora soy un hombre
con recuerdos
cuando antes era un pibe
con quimeras.
Ya no me calza el pantalón
de fantasías
con el que el patio
se sentía una selva;
selva de yuyos, arbustos
y de higueras,
lugar de aventuras
en las siestas.
“Cuando el pichón crece...
- decía mi vieja -
...se le achica el nido”
y así era...
...ya perdí el talle propio
de la infancia
y el poder de imaginar
a toda vela.
No tengo ya la percepción
ni la mirada
de cuando chico
las cosas veía.
Ahora el patio es un patio
y no selva
y las siestas no son
fantasías.
Salí volando del nido de la infancia;
porque al crecer
ya en su espacio no cabía.
Y en su lugar
se agranda ahora la nostalgia
por la niñez
cosida al bies por tanta vida.