Manos vacías
Hombre, que has nacido para no llorar,
yo veo tus ojos callando un dolor.
Crecen tus manos rodeadas de sol,
y te silencias en ti.
Siento que no eres tan hombre, señor,
si te avergüenzas de donde creces.
Que la distancia y el cielo dices,
que la miseria y que Dios.
Pero ese hombre que en ápice duerme,
ese hombre que en ápice va.
Esa luz de unos ojos marrones
solo es canto en la oscuridad.
Si solo sirves para irte, señor,
anda y vete, vete ya.
Si solo sirves para irte, señor,
anda y vete, vete ya.
Te vas creciendo sin ganas de estar,
ibas diciendo que nada pierdes.
Que la distancia y el cielo dices,
que la misteria y que el pan.
Dices que el viento te arrastra en su andar,
y que la lluvia te moja los pies.
Y si tus hijos se vengan vagar,
de nuevo te silencias.
Pero ese hombre que en ápice duerme,
ese hombre que en ápice va.
Esa luz de unos ojos marrones
solo es canto en la oscuridad.
Si solo sirves para irte, señor,
anda y vete, vete ya.
Si solo sirves para irte, señor,
anda y vete, vete ya.
Si solo sirves para irte, señor,
anda y vete, vete ya.
Si solo sirves para irte, señor,
anda y vete, vete ya.