La casa que habitaré
La casa que habitaré,
no la sustenta la tierra,
pasos que aún he de dar,
no pisarán mis veredas.
No cantará aquel olivo
canción como la primera,
no será el aire aquel aire,
ni la gallo pa' una fiesta.
No correrán aguas claras
renovando mi inocencia.
No tendrá aquel blanco espacio
de nuevo plata sinerma.
No supliré con mis ojos
pérdidas de su belleza.
Todo lo vivido habrá
de transformarse en leyenda.
No olerabas aquel muerto
primoroso de querencia,
ni hice lindas, ni acerolas,
ni manzanas, ni azucena.
Ni membrillos, ni el nogal
paternal y la palmera,
tampoco el pozo en el patio,
ni la guinda en alacena.
La casa que habitaré,
no la sustenta la tierra,
pasos que aún he de dar,
no pisarán mis veredas.
No cantará aquel olivo
canción como la primera,
no será el aire aquel aire,
ni la gallo pa' una fiesta.
Almas serán ya sin cuerpo,
gentes que fueron eternas,
en tanto mi lengua canta
la razón de sus materias.
Seres, cosas, brillos, cuerpos
me negarán su evidencia.
La casa que habitaré,
no pertenece a esta tierra.
Seres, cosas, brillos, cuerpos
me negarán su evidencia.
La casa que habitaré,
no pertenece a esta tierra.