Reflexión incógnita
Tristemente se quedó
maniatado en su temor
y no enfrentó jamas
su propia identidad,
su propio ser,
su proceder.
Lamentable caso aquel
ser humano que escapó
de firme decisión:
verdad o destrucción.
Ser o no ser
innovador.
Y se quedó en la oscuridad,
inmóvil, preso de pavor.
Necesitaba el corazón
un ingrediente esencial.
Llámese sinceridad
o se llame rectitud,
el caso es que quedó
sentado en su temor.
A lo mejor
serías tú.