Padre, he pecado
Padre, he pecado contra el cielo y contra Ti,
no merezco ser llamado Tu hijo.
Por Tu inmensa ternura borra mi delito,
escucha la oración que levanto a Ti.
Límpiame y quedaré más blanco que la nieve
sáname y cantaré Tus alabanzas.
Levántame y proclamaré Tus maravillas y Tu bondad.
Muéstrame, Señor, Tu salvación.