No te jactes del día de mañana
No te jactes del día de mañana,
porque no sabes que dará de sí el día.
Cristo vive hoy,
y ciertamente en Sus manos
Él tiene el futuro,
pero no sabes si el día de mañana
llegará para ti.
Vive hoy en Su amor,
que los afanes del día de mañana
no te atrapen hoy;
que los afanes del día de mañana
no te impidan hoy.