La venganza del señor
Un día un varón de Dios clamó:
"Miserable hombre yo soy,
quiero hacer bien y hago el mal:
miserable hombre yo soy.
¿Quién me librará
de este cuerpo de inmundicia
y de este cuerpo de muerte?
Anhelo en mi ser de ser lleno de poder.”
LA VENGANZA DEL SEÑOR YA ESTÁ AQUÍ
PARA RESTAURAR LO QUE PERDIÓ ADÁN.
DE SER COMO DIOS,
QUE NUESTROS OJOS SEAN ABIERTOS,
QUE PUEDA SER EL ACTO EXTRAÑO
EN MEDIO DE NOSOTROS.
Como aquellos que andaban a Emmaús,
Él vino también a dar la Luz.
Arden nuestras almas cuando oímos la Palabra,
es el mismo hoy y para siempre.
Poder que trae transformación.
Damos gracias, Su profeta Dios envió,
pero el Dios del profeta está hablando hoy.
Ése ángel fuerte que permanece para siempre,
oíd Su Voz y vivirás y tú el mismo no serás.