Las viejas canciones infantiles han sido parte integral de la infancia de generaciones. Temas como "Aserrín Aserrán", "La Cucaracha" y "El Patio de Mi Casa" no solo sobreviven al paso del tiempo, sino que continúan encantando a niños y adultos por igual. Estas melodías, que han cruzado fronteras y siglos, poseen un magnetismo único gracias a sus letras simples y pegajosas, así como a sus ritmos fáciles de recordar.
Las canciones infantiles tradicionales suelen tener sus raíces en folclores locales, mitos y leyendas propias de diversas culturas. Por ejemplo, "Aserrín Aserrán" se cree que tuvo sus orígenes en España y se ha transmitido oralmente de generación en generación. Estas canciones entretenían a los niños al tiempo que enseñaban sencillas lecciones sobre la vida, los valores y la naturaleza.
"Aserrín Aserrán" es una canción que muchos años atrás se cantaba mientras se hacía el movimiento de sierra de madera. Es simple, alegre, y su melodía invita a corear. La letra, aunque repetitiva, tiene un efecto hipnótico en los pequeños, ayudándoles a desarrollar ritmos y coordinación a través de juegos con las manos.
Esta canción presenta una estructura más narrativa. "La Cucaracha" habla de una cucaracha que no puede caminar porque le falta una pata. La identidad de la cucaracha ha sido objeto de múltiples interpretaciones, ya que algunos creen que representa figuras históricas o situaciones políticas. Sin embargo, para los niños, es simplemente una canción divertida sobre una cucaracha peculiar.
"El
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Il pupazzo di neve
Un pupazzo di neve un po' annoiato
di star chiuso in un libro del passato
decidendo di fare quattro passi uscì
dalla sua favola però...
Appena giunse fuori
l'estate vi trovò
ed una gran pozzanghera
pian piano diventò.
Poi con il sol di luglio
quell'acqua evaporò
ed il pupazzo in gocce su nel ciel se ne andò...
Ma veloce l'estate volò via
puntuale l'inverno venne ancora
con un candido manto tutto ricoprì
e un paesello imbiancò.
Cadendo lieve lieve
la neve ritornò
e il povero pupazzo
in bianchi fiocchi si trovò.
Allora dai bambini
ricostruito fu
così più grande e più bello ancor diventò...
Al centro della piazza
faceva un figuron
con la camicia a fiori
e con in mano un chitarron.
Così in tutto il villaggio
ognuno lo ammirò
e fu felice mentre la sua storia finì...
In quel libro di fiabe del passato
il pupazzo di neve non tornò...