Las viejas canciones infantiles han sido parte integral de la infancia de generaciones. Temas como "Aserrín Aserrán", "La Cucaracha" y "El Patio de Mi Casa" no solo sobreviven al paso del tiempo, sino que continúan encantando a niños y adultos por igual. Estas melodías, que han cruzado fronteras y siglos, poseen un magnetismo único gracias a sus letras simples y pegajosas, así como a sus ritmos fáciles de recordar.
Las canciones infantiles tradicionales suelen tener sus raíces en folclores locales, mitos y leyendas propias de diversas culturas. Por ejemplo, "Aserrín Aserrán" se cree que tuvo sus orígenes en España y se ha transmitido oralmente de generación en generación. Estas canciones entretenían a los niños al tiempo que enseñaban sencillas lecciones sobre la vida, los valores y la naturaleza.
"Aserrín Aserrán" es una canción que muchos años atrás se cantaba mientras se hacía el movimiento de sierra de madera. Es simple, alegre, y su melodía invita a corear. La letra, aunque repetitiva, tiene un efecto hipnótico en los pequeños, ayudándoles a desarrollar ritmos y coordinación a través de juegos con las manos.
Esta canción presenta una estructura más narrativa. "La Cucaracha" habla de una cucaracha que no puede caminar porque le falta una pata. La identidad de la cucaracha ha sido objeto de múltiples interpretaciones, ya que algunos creen que representa figuras históricas o situaciones políticas. Sin embargo, para los niños, es simplemente una canción divertida sobre una cucaracha peculiar.
"El
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Isotta
Dorme la vecchia regina
senza benzina guarda com'è giù.
Sogna i suoi cento cavalli
che non ci son più.
Un leprotto sul cruscotto,
cinque trote nelle ruote,
sui sedili davanti due polli ruspanti
e sul tetto una coppia di gru
Uh! Che bella compagnia!
Due ranocchi - batteria
hanno appena imparato a rimetterla in moto
e le gru la ritirano su.
Isotta, Isotta dai che ce la fai!
Strombetta, metti la marcia e vai...
C'è un'autostrada a trentatre corsie
e sono tutte tue,
torna a fare vedere chi sei!
Puoi superarli tutti, se lo vuoi
i prototipi, le automatiche e le formula tre!
Isotta, Isotta dai che ce la fai!
Strombetta, metti la marcia e vai...
E a bordo quanta gente prenderai:
prima il vescovo, gli onorevoli,
poi il sindaco, i fotografi,
tutti i vigili, con il popolo
che fa festa per te!
Per la bellissima Isotta
prese una cotta il figlio del re
poi ci fu un divo del muto che con lei fuggì.
Il banchiere Dare-Avere
la vendette al ragioniere,
un cocchiere che stava a Lambrate
pagò mille rate per farne un taxi.
Il burino ci provò
nella stalla posteggiò
così lei mise in pace il motore
ad un vecchio trattore poi disse di sì.
Isotta, Isotta dai che ce la fai!
Strombetta metti la marcia e vai.
Il tuo pilota azzurro tornerà
e poi ti guiderà
là nel suo favoloso garage!
Rally di miele a Montecarlo e via:
i chilometri più romantici
della tua fantasia.