Ecos del Rocío es un conjunto musical español, venerado por su mezcla de flamenco y sevillanas, que ha emocionado a múltiples generaciones. Desde su fundación hasta la actualidad, este grupo ha dejado una huella profunda en la escena musical de España.
La creación de Ecos del Rocío se remonta a 1984, en Rota, un pintoresco pueblo de la provincia de Cádiz. Los miembros fundadores, que compartían una pasión por la música tradicional andaluza, fueron Jesús González Rey, Juan Manuel Ramírez Ortiz, José Manuel González Moyano y Paco Salas Montoro. Su misión era revitalizar y popularizar el género de las sevillanas con un estilo único y personal.
Desde sus inicios, Ecos del Rocío se caracterizó por su capacidad de combinar la tradición con la innovación. Las letras de sus canciones, a menudo escritas por ellos mismos, abordan temas cotidianos y universales, como el amor, la amistad y la devoción religiosa. Su música, cargada de sentimiento y autenticidad, se basa en un repertorio donde las guitarras, el cajón y las voces se entrelazan de manera armoniosa.
Influenciados por grandes del flamenco como Camarón de la Isla y Paco de Lucía, así como por otros grupos de sevillanas, Ecos del Rocío logró conectar con el público a través de su estilo inconfundible. El Rocío, la feria y la Semana Santa son elementos recurrentes en su obra, reflejando una profunda conexión con las raíces culturales de Andalucía.
A lo largo de su carrera, Ecos
Ver BiograFia Completa
Tengo una vieja carreta
que cuido con mucho esmero.
La cuido porque es herencia,
herencia de rociero.
Carreta,
que bella palabra.
vieja herencia
que mi padre me dejara
"pa" que yo viniera a verla.
Y en el viejo soberao,
que sólo hay estampas e ella
y flores por "to" los "laos".
Lejos se fue el rociero
al que tan fuerte le canto,
que él me escucha desde el cielo.
Padre, tú ¿por qué me diste
tu traje de carretero,
"pa" los bueyes dos frontiles
un par de botos camperos
y diez medallas de la Virgen?
Entraba en la vieja herencia
dos espuelas y un sombrero
una garrafita vieja
y una estampa del recuerdo
de cada año que iba a verla.
El ejero junto al yugo
lleva a navaja a "grabao"
ser carretero es mi orgullo
como mis antepasados,
y tocar los varales tuyos.
En el silencio me hablaba
de la vieja acantarera
de las esquinas de plata
y de aquella vez primera
que yo de niño me montara.
Carreta,
que bella palabra
vieja herencia
que mi padre me dejara
"pa" que yo viniera a verla.